¡Por UNA educación que sí transforma!
Un eslogan que puede significar muchas cosas, pero genera muchas interrogantes dentro del ámbito educativo actual, o bien, desde un punto de vista específico puede favorecer a soñar en una educación que trascienda las barreras de los estereotipos tradicionales de aprendizaje; porque sabemos que debemos realizar cambios educativos sustanciales en este siglo XXI, lo cual implica tomar medidas correctivas mayores, un enfoque claro y preciso de lo que queremos lograr en generaciones totalmente globalizadas, en una era donde la tecnología y la comunicación sobrepasa cualquier entendimiento posible, adaptándonos constantemente a los cambios abruptos de los avances científicos y de nuevos retos pedagógicos. La era de la información digital y las relaciones sociales virtuales, generados por ambientes educativos no tradicionales implican nuevas formas de lograr captar la atención de la comunidad aprendiente y centrar su proceso de aprendizaje a través de la adquisición de competencias y habilidades que permitan un desarrollo integral de cada persona.
Puede ser una utopía creer que la tecnología, la ciencia y la creatividad en este siglo XXI será lo que nos lleve al éxito como sociedad, pero sería un error más grande “no creerlo así”. Es en este momento donde nuestros jóvenes necesitan más que nunca de una formación integral, de mayor solidaridad, empatía, cooperación y de entender interdisciplinariamente las problemáticas sociales que actualmente nos acogen.
Es por esta razón que el Sistema de Colegios Humanísticos en su misión de impactar en la educación costarricense, está llamado a liderar procesos de cambios y mejoras en las oportunidades educativas a jóvenes que opten por un modelo pedagógico diferente, inspirados en una visión humanista que deberá ser siempre pionera en la implementación de metodologías novedosas, proyectos creativos de gran impacto social, investigaciones y extensión académica; además de impulsor de reformas educativas que día a día contribuyan a lograr mejores estudiantes, personas y ciudadanos.
Desde esta óptica el proyecto que se inició hace 25 años, refleja esos elementos esenciales de una “educación que sí transforma”: espacios en donde los estudiantes logren expresar sus emociones o sentimientos a través de la escritura, la investigación, la creatividad, la reflexión, el diálogo y la disciplina académica rigurosa; por medio de diversas actividades que al día de hoy reflejan el ser de nuestros estudiantes, producto del esfuerzo constante de jóvenes inquietos y con un potencial increíble, liderados por un cuerpo docente altamente calificado, pero sobre todo conocedores del rol fundamental que juegan en la formación de nuevas generaciones sedientas de conocimiento, combinando el entusiasmo de los discentes con un personal docente y administrativo soñador, inspirándose a lograr objetivos que antes no se imaginaban posibles, lo que evidencia el espíritu de un estudiante que ingresa al Sistema de Colegios Humanísticos Costarricenses, y claro está: ¡su vida se transforma!.